viernes, 5 de marzo de 2010

ESCULTURA DEL S.XIX


ESCULTURA DEL S.XIX

La escultura española del siglo XIX se corresponde con tres momentos históricos diferentes. El reinado de Fernando VII coincide con el Neoclasicismo, el de Isabel II con el Romanticismo y la Restauración Monárquica, con las nuevas tendencias realistas o naturalistas.

· Neoclasicismo:
El siglo XIX se inicia con el movimiento neoclásico procedente del siglo anterior. Se produce la decadencia de la escultura religiosa y cobra importancia la escultura como elemento decorativo de la arquitectura. La construcción de nuevos palacios o la reforma de los existentes hacen necesario que se establezca la plaza de escultor de cámara.
Se impone la rigidez académica que exige la imitación de la Antigüedad. El resultado es una estatua fría, que no comunica nada más que unas poses y unas medidas.
Encontramos dos focos artísticos en España. Por un lado, Madrid, a la que acudían los artistas de otras regiones por su carácter de capital y Barcelona, donde se crea la Escuela de la Lonja que fue un importante centro de formación académica.
Entre los escultores neoclásicos del S.XIX en España, destacaron:

José Ginés (1768-1823)

Supone el fin de la escultura del siglo XVIII, ya que a pesar de su formación barroquista es sorprendentemente clasicista.
Sus figuras representan a soldados arrebatando niños de los brazos de sus madres, mujeres agrupadas para defender a sus criaturas, una madre desesperada poniendo el pecho a su hijo muerto, etc. Una de sus esculturas más importantes es, La Venus con el niño Cupido, que tapa su desnudo con un paño del que tira, sonriente, el niño Cupido. Se observa un modelado de gran pureza y clasicismo.


José Álvarez Cubero (1768-1867)

Es la gran figura del neoclasicismo español. Fue escultor de cámara con Fernando VII ocupando la vacante de Ginés.
Su obra más importante es La defensa de Zaragoza, que se inspira en un episodio de los sitios. Un joven guerrero que ve caer a su padre herido y acude en su auxilio enfrentándose al enemigo hasta que es atravesado por una lanza. Ésta da comienzo a su gran carrera.
CampenyNo sólo fue neoclásico en los temas, sino también en el tratamiento y la elección de los materiales.
Lucrecia muerta es su obra maestra. Su cuerpo desplomado en la silla resbala blandamente, la cabeza cae inerte hacia un lado y las ropas se ciñen al cuerpo dejando ver el pecho, en el que se percibe la herida de un puñal. Se desprende de la figura una emoción suave, casi plácida, sin rastro de la frialdad típica de la antigüedad.



· Romanticismo:
El corto periodo romántico en escultura responde a encargos oficiales para embellecer edificios o erigir monumentos conmemorativos. A diferencia de lo que sucede en pintura, se caracteriza por la falta de carácter y la desorientación. Es una época de transición, que alterna elementos clasicistas con otros criterios. Destaca François Rude ( La Marsellesa)
Entre los grandes escultores románticos en España destacan:

Ponciano Ponzano

Sus mejores obras son los relieves Hércules y Diomenes y La Virgen con su hijo en los brazos.

José Gragera (1818-1897)

Es la representación más clara del romanticismo en nuestro país. Su monumento a Juan Álvarez Mendizábal, inicia un nuevo estilo de estatua que abandona las togas y las cabezas a la romana, para cuidar del parecido con el representado. Lo dota de ropa moderna, no estilizada y tratada con sobriedad.


· Realismo:
Lo entendemos como la inspiración directa en la realidad que nos rodea. Composiciones escultóricas de gran realismo y detalle en los rostros y los cuerpos. Los temas mostraban, en ocasiones, preocupación por las cuestiones sociales; como el trabajo, el esfuerzo, o la vida cotidiana. El francés Jean Baptiste Carpeaux y el belga Constantin Meunier, son artistas destacados de esta corriente.
En España cabe destacar a:


Ricardo Bellver (1845-1924)

Es el autor del Ángel Caído, un hermoso desnudo juvenil que representa al diablo. Se encuentra sobre un tronco seco, con sus grandes alas abiertas y una serpiente enrollada en el cuello. Su rostro se crispa como grito desesperado mientras con la mano intenta librarse del rayo que lo derriba. Bellver supo ser muy cuidadoso y expresivo sin caer en detallismos excesivos.

Mariano Benlliure (1862-1947)
Puede ser considerado como el puente con el Modernismo.
Entre sus monumentos destaca la estatua ecuestre del General Martínez Campos. Una estatua antiheroíca, de realismo casi fotográfico. El jinete cabalga pesadamente, con el capote abrochado al cuello y flotando sobre sus hombros, mientras el caballo, que ha detenido su marcha, vuelve la cabeza para rascarse.

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