viernes, 5 de marzo de 2010

EL REALISMO


EL REALISMO.

A partir de la segunda mitad del S.XIX, el romanticismo fue desplazado por el Realismo, que intenta plasmar objetivamente la realidad.
Frente al idealismo y el subjetivismo individualista que mostraron los románticos, los artistas realistas se interesaron por conocer la realidad concreta de su época y describirla. El realismo es un término confuso; en general, sólo alude a una cierta actitud del artista frente a la realidad, en la que la plasmación de ésta no tiene que ser necesariamente copia o imitación, aunque sí ajustarse a una cierta visión generalizada.
Su característica principal es la reflexión sobre la realidad, sin idealizar ni la sociedad, ni la naturaleza, ni el pasado, como lo había hecho la corriente del
Romanticismo. También se caracteriza porque los artistas dejaron a un lado los temas sobrenaturales y mágicos y se centraron en temas más corrientes. Los principales sujetos pictóricos fueron los de la vida cotidiana
El cambio de estilo artístico tuvo que ver con causas diversas:

· El fracaso de las revoluciones de 1848 rompió muchas de las ilusiones y esperanzas que habían inspirado en el movimiento romántico y su visión idealizada de la sociedad y el progreso.
· El avance de la industrialización dejaba al descubierto enormes contradicciones y mostraba que también en el nuevo sistema existía miseria, trabajo infantil, explotación, etc.
· El avance de la ciencia en el S.XIX impuso una observación y la descripción como método de conocer la realidad. Los artistas se vieron influidos por esas nuevas corrientes y se orientaron hacia una estética más realista, que les llevó a mostrar con toda crudeza la realidad de la sociedad que les rodeaba.


La ideología del arte realista

Desde el punto de vista ideológico, el realismo quedaba vinculado a las ideas socialistas más o menos definidas. Aunque eran claras las diferencias entre los distintos autores, en general se apreciaba un interés por la situación de las clases más desfavorecidas de la sociedad surgida de la Revolución industrial. Algunos, adoptaron una actitud absolutamente comprometida con los intereses del proletariado, participaban en acontecimientos políticos del momento y hacían un arte combativo. Otros, mantenían una postura más moderada, y endulzaban de alguna forma su visión de la realidad.





La pintura realista


En pintura, el Realismo no supuso, una innovación profunda con respecto al Romanticismo. La gran diferencia residía en los temas que trataba: la vida cotidiana, los problemas de la industrialización (la injusticia, la fatiga en el trabajo… ) el desencanto por los fracasos revolucionarios, que hizo que el arte abandonara los temas políticos y se concentrara en temas sociales, el trabajo de niños y mujeres, los horarios excesivos, las viviendas insalubres …

Artistas


Los artistas más destacados fueron:


Jean-Fraçois Millet, que dedicó su obra a la labor de los campesinos, en un ambiente de sencillez y calma. Poseía un profundo sentido de la naturaleza, interpretaba comprendiendo las voces de la tierra, los árboles o los senderos. Una de sus grandes obras fue El Ángelus.
Gustave Courbet provocó polémicas por los temas y los personajes enormemente realistas de sus obras. Fue el fundador y el máximo representante del realismo. Su tono era áspero y rebelde. Una de sus obres fue Un entierro en Ornans.
Onoré Daumier pintó obras con gran contenido social. Una de sus obra más polémicas fue la caricatura de un monarca que aparecía retratado como Gargantúa (el glotón personaje de Rabelais), y por la que sufrió una prisión de seis meses.

En España, el Realismo fue realmente tardío e influyó en pintores como Eduardo Rosales, con su obra El testamento de Isabel la Católica; Joaquín Sorolla, que cosechó otro gran éxito en Valencia con su obra El crit del palleter sobre la Guerra de la Independencia, Ignacio Zuloaga con Fuente de Éibar. Destacaron también los paisajistas Joaquín Vaygreda, Carlos de Haes y Ramón Martí-Alsina.

La Escuela de Barbizón


En el pequeño pueblo francés de Barbizón, donde se refugiaron algunos pintores, ajenos a las modas y a los círculos artísticos oficiales, se formó la llamada Escuela de Barbizón. Mantuvo un estilo realista, pero de entonación ligeramente romántica, que se caracterizó por su especialización casi en exclusiva en el paisaje y su estudio directo del natural. Esto influyó en el resto de la pintura francesa del siglo XIX, en especial en el Impresionismo. Renunciaron a la estampa pintoresca de la vida campestre y se lanzaron a analizar de un modo casi escrupuloso la Naturaleza. Esta observación de lo natural produjo efectos sentimentales en el alma del pintor, por lo que sus paisajes adquirieron una calidad dramática bastante perceptible.
Sus máximos representante fueron Camille Corot (La Catedral de Chartres) y Theodoré Rousseau (Linde del bosque de Fonatinebleau).

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