sábado, 6 de marzo de 2010

ROCOCÓ


ROCOCÓ








Durante el siglo XVIII se originó en Francia y se expandió por Europa, el Rococó, decorativo y sobrecargado. Muchos intelectuales y artistas juzgaban el Rococó como superficial y frívolo, propio del gusto aristócrata y francés.


Del barroco al rococó
Si lo Barroco estaba al servicio del poder absolutista, el Rococó estaba al servicio de la aristocracia y la burguesía. El artista dejaba de ser un servidor del poder y trabajaba con más libertad y se iniciaba en el mercado del arte. El Rococó se presenta como un arte al servicio de la comodidad, el lujo y la fiesta. Las escenas de su pintura recogen este nuevo estilo de vida. Los motivos del Rococó buscaban reproducir el sentimiento típico de la vida aristocrática, libre de preocupaciones.

Desarrollo y extensión
En el desarrollo y extensión del nuevo estilo dentro de la sociedad francesa, jugó un papel clave la influencia de Jeanne Antoinette Poisson, marquesa de Pompadour y amante del rey. El estilo se inició en la arquitectura y llegó al mobiliario, la escultura y la pintura, se expandió sobre todo, gracias a los artistas franceses y las publicaciones de la época.
Rápidamente llegó a Alemania, Bohemia y Austria. Más tarde se expandió por Italia e Inglaterra.


El rococó aplicado al arte
· Arquitectura:
Una de las características del estilo Rococó será la marca de diferencia entre exteriores e interiores. El interior será un lugar de fantasía y colorido mientras la fachada se caracterizará por la sencillez y la simplicidad. Se abandonan los órdenes clásicos y las fachadas de los edificios se distinguirán por ser lisas, teniendo, como mucho, unas molduras para separar plantas o enmarcar puertas y ventanas. La forma dominante en las edificaciones rococó era la circular. Un pabellón central, generalmente entre dos alas bajas y curvas y, siempre que era posible, rodeado de un jardín o un inmerso parque natural. Otras edificaciones podían tomar la forma de pabellones encadenados, en contra del típico edificio «bloque», propio de la etapa anterior. El aspecto más destacable de los interiores rococó es la distribución interna. Las habitaciones combinan la ornamentación, los colores, y el mobiliario.


· Pintura:
La pintura es ante todo decorativa. Se decoran paredes y techos mediante grandes frescos. Se cultiva igualmente el cuadro de caballete, si bien en lienzos de tamaño inferior, por lo general, a las grandes telas de la pintura barroca del siglo precedente. En cierto sentido también esta pintura era decorativa pues decoraba las casas de la nobleza y de la burguesía, por lo que el cuadro se adaptaba a los espacios de las casas dieciochescas.
Se sigue cultivando la pintura al óleo y se populariza como medio de expresión la pintura al pastel, esto es, dibujo en color sobre una hoja de papel. Fue, de hecho, uno de sus medios de expresión favoritos. La pincelada era fina, no suele por lo general apreciarse.
En cuanto al cromatismo, es una pintura muy colorista; se prefieren los colores vivos, luminosos, suaves y claros. Hay un esfuerzo consciente por evitar las sombras, prefiriendo la luz.
Predominan las formas curvilíneas, las inspiradas en la naturaleza, en la mitología, en la belleza de los cuerpos desnudos, y especialmente en los temas galantes y amorosos. Las figuras son jóvenes, idealizadas, graciosas. Es un arte básicamente mundano, sin influencias religiosas, que trata temas de la vida diaria y de las relaciones humanas. Los temas son maliciosos o frívolos. Las escenas mitológicas se vuelven galantes, prefiriéndose representaciones idílicas de la diosa Venus, y mitos relacionados con el amor.
Se generalizó la pintura de género, enriqueciéndola con nuevos temas exóticos, que evocaban un Oriente idealizado, como la chinería (chinoiseries), la turquería, las ruserías (russeries) y el japonesismo (japonaiseries). Lo exótico se vuelve así punto de fuga de las nuevas perspectivas de la existencia.
El género del paisaje se renueva, incluyendo paisajes urbanos como las vedute típicamente italianas.
Se cultivó extensamente el retrato, un retrato no idealizado sino por lo general más bien cotidiano y sencillo, teniendo como comitentes ya no sólo a la corte, sino también a la burguesía. Los personajes son representados con mucha elegancia, basada en la artificialidad de la vida de palacio y de los ambientes cortesanos, reflejando una imagen amable de la sociedad en transformación. Se prestaba especial atención a las vestimentas, pues en sus formas debía
reflejarse la moda.


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